El presente confesionario tiene unas dimensiones de 4m2, enfocado en la discreción y en el máximo confort acústico. La singularidad de este proyecto radica en su capacidad para pasar desapercibido en el entorno eclesiástico, integrándose armoniosamente con la estructura existente. La diagonal de la nave actúa como el generador del proyecto, dictando la orientación y disposición del confesionario.

La estética del confesionario se concibe como un estuche integrado al entorno, con líneas suaves y una altura enrasada para minimizar su impacto visual. La elección de materiales se basa en la integración arquitectónica, utilizando maderas nobles y elementos que se mezclan armónicamente con el diseño global del recinto eclesiástico.

Dada la importancia de la privacidad en la confesión, se ha implementado un forrado acústico cuidadoso en las paredes interiores del confesionario. Esto garantiza que las conversaciones se mantengan en estricta confidencialidad, sin interferencias externas. Se emplean materiales de alta calidad para garantizar la absorción acústica y evitar filtraciones de sonido.